23 de agosto de 2012

¿APÓSTOLES, PROFETAS Y NUEVAS REVELACIONES?


Hola!! Antes de comenzar debería hacer una breve reseña histórica necesaria para entender el o los porqués de nuestro estado actual en lo doctrinal, no me creo un erudito pero sí SÉ EN LO QUE HE CREÍDO. Además, es mejor que alguien como yo exponga a esta falsa enseñanza bíblica, pues así demuestro que CUALQUIERA CON UN POCO DE SENSATEZ lo puede hacer también. Dicho esto, vamos a lo siguiente: desde hace varias décadas, ha habido un lento pero incesante trabajo del enemigo para DEMOLER todas y cada una de las doctrinas fundamentales del evangelio, tales como la salvación por fe, la importancia de la oración y el ayuno para tener comunión con Dios, y por sobre todo, la AUTORIDAD DE LA PALABRA DE DIOS por sobre cualquier “nueva revelación”; yo sé que estas cosas para muchos de nosotros son básicas, pero permítanme exponer cómo se fueron degradando cada una de estas cosas a lo largo del tiempo, repito, estas herejías no aparecieron de un día para otro, sino que SON EL FRUTO DE LARGO TIEMPO DE TRABAJO SATÁNICO dentro de la Iglesia; les invito a ver las consideraciones de David Wilkerson acerca de la realidad de la Iglesia que NO ORA; habla también de pastores que NO LO HACEN…(en youtube lo puede encontrar) Bien, a partir de la década de los ’90 hubo un movimiento que apareció y que aún permanece dentro de la Iglesia y que fue denominado “la nueva unción” ¿fue acaso ese movimiento satánico? Personalmente CREO QUE NO, el verdadero problema lo tuvimos nosotros al hacer de esa experiencia el centro de nuestras reuniones… hubo tiempos en muchas iglesias donde por varios meses NO SE EXPONÍA LA PALABRA DE DIOS por medio de la predicación, ya no se oraba sin terminar revolcados en el piso, no se cantaba sin que todo se saliera de control al punto “de no saber cómo seguir…” YO FUI PARTE DE ESO y sé de lo que hablo, la gente se agolpaba ya no para escuchar palabra de Dios, sino para ser “tocados” y esto no lo hablo para echar culpas, sería fácil responsabilizar a la muchedumbre hambrienta de Dios por actuar de esta manera EL PROBLEMA ESTUVO EN LOS QUE GUIÁBAMOS a esa multitud, o más allá de los números, a los pocos que estaban bajo nuestro cuidado, SIMPLEMENTE, NOS DEJAMOS LLEVAR… o como se decía en esos tiempos, “dejamos que fluya” ahora bien, ¿hacia dónde fluyó? Hacia creyentes tibios, emocionales, que basan su vida espiritual en experiencias sensoriales, y lo que fue TERRIBLE para la Iglesia, comenzaron a crecer creyentes SIN FUNDAMENTO BÍBLICO y más aún, LIDERES que no estudiaban la palabra, más bien “bajaban línea” es decir, “estaban impartiendo la visión…” todo se fue desarrollando lentamente, así como la gota en la roca. Fueron surgiendo nuevos “ungidos”, entonces ya el título de pastor quedaba chico así que pasamos a “reverendo”, “doctor en teología”, “conferencista internacional”… una vez más, ¿está mal? Y al igual que lo anterior CREO QUE NO, el problema es cuando a estos títulos lo combinamos con un ambiente aparentemente espiritual donde en realidad se fomenta la competencia, el ego, la “superación personal”, el éxito ministerial basado en resultados y no en fruto (a todas estas cosas me referiré luego), allí es donde se suplanta el modelo bíblico del crecimiento en forma de edificio (Ef. 2:21, tan mal interpretado por esta falsa enseñanza), por el modelo EMPRESARIAL de crecimiento (piramidal, donde todos luchamos entre sí-esto es, entre congregaciones y dentro de ellas- para lograr llegar a la cima, Stg.4:1). Personalmente conozco a reverendos, doctores en teología y demás, que no son como los que aparecen en los afiches, ja! así que no se trata de títulos, SINO DEL CORAZÓN, y cuando es invadido por estas raras teologías, es cuando se culmina de esta manera, entonces, ¿es malo crecer en número? ¡PARA NADA! Pero ese crecimiento debería ser el desarrollo normal DE UN CUERPO SANO, y no producto de anabólicos y esteroides espirituales que deforman el verdadero cuerpo de Cristo (hablo en sentido figurado, no se me ofendan los fisiculturistas). En la próxima actualización, comenzamos a estudiar LA MENTIRA DEL MOVIMIENTO APOSTÓLICO Y PROFÉTICO, nada menos que de boca de sus máximos exponentes,  el falso apóstol Guillermo Maldonado y la ¿profeta? Ana Méndez… Con amor, Alberto Vargas.