Hola!! Antes de comenzar debería hacer una breve reseña
histórica necesaria para entender el o los porqués de nuestro estado actual en
lo doctrinal, no me creo un erudito pero sí SÉ EN LO QUE HE CREÍDO. Además, es
mejor que alguien como yo exponga a esta falsa enseñanza bíblica, pues así
demuestro que CUALQUIERA CON UN POCO DE SENSATEZ lo puede hacer también. Dicho
esto, vamos a lo siguiente: desde hace varias décadas, ha habido un lento pero
incesante trabajo del enemigo para DEMOLER todas y cada una de las doctrinas
fundamentales del evangelio, tales como la salvación por fe, la importancia de
la oración y el ayuno para tener comunión con Dios, y por sobre todo, la
AUTORIDAD DE LA PALABRA DE DIOS por sobre cualquier “nueva revelación”; yo sé
que estas cosas para muchos de nosotros son básicas, pero permítanme exponer
cómo se fueron degradando cada una de estas cosas a lo largo del tiempo,
repito, estas herejías no aparecieron de un día para otro, sino que SON EL
FRUTO DE LARGO TIEMPO DE TRABAJO SATÁNICO dentro de la Iglesia; les invito a
ver las consideraciones de David Wilkerson acerca de la realidad de la Iglesia
que NO ORA; habla también de pastores que NO LO HACEN…(en youtube lo puede
encontrar) Bien, a partir de la década de los ’90 hubo un movimiento que
apareció y que aún permanece dentro de la Iglesia y que fue denominado “la
nueva unción” ¿fue acaso ese movimiento satánico? Personalmente CREO QUE NO, el
verdadero problema lo tuvimos nosotros al hacer de esa experiencia el centro de
nuestras reuniones… hubo tiempos en muchas iglesias donde por varios meses NO
SE EXPONÍA LA PALABRA DE DIOS por medio de la predicación, ya no se oraba sin
terminar revolcados en el piso, no se cantaba sin que todo se saliera de
control al punto “de no saber cómo seguir…” YO FUI PARTE DE ESO y sé de lo que
hablo, la gente se agolpaba ya no para escuchar palabra de Dios, sino para ser “tocados”
y esto no lo hablo para echar culpas, sería fácil responsabilizar a la
muchedumbre hambrienta de Dios por actuar de esta manera EL PROBLEMA ESTUVO EN
LOS QUE GUIÁBAMOS a esa multitud, o más allá de los números, a los pocos que
estaban bajo nuestro cuidado, SIMPLEMENTE, NOS DEJAMOS LLEVAR… o como se decía
en esos tiempos, “dejamos que fluya” ahora bien, ¿hacia dónde fluyó? Hacia creyentes
tibios, emocionales, que basan su vida espiritual en experiencias sensoriales,
y lo que fue TERRIBLE para la Iglesia, comenzaron a crecer creyentes SIN
FUNDAMENTO BÍBLICO y más aún, LIDERES que no estudiaban la palabra, más bien “bajaban
línea” es decir, “estaban impartiendo la visión…” todo se fue desarrollando
lentamente, así como la gota en la roca. Fueron surgiendo nuevos “ungidos”, entonces
ya el título de pastor quedaba chico así que pasamos a “reverendo”, “doctor en
teología”, “conferencista internacional”… una vez más, ¿está mal? Y al igual
que lo anterior CREO QUE NO, el problema es cuando a estos títulos lo combinamos
con un ambiente aparentemente espiritual donde en realidad se fomenta la
competencia, el ego, la “superación personal”, el éxito ministerial basado en
resultados y no en fruto (a todas estas cosas me referiré luego), allí es donde
se suplanta el modelo bíblico del crecimiento en forma de edificio (Ef. 2:21,
tan mal interpretado por esta falsa enseñanza), por el modelo EMPRESARIAL de
crecimiento (piramidal, donde todos luchamos entre sí-esto es, entre
congregaciones y dentro de ellas- para lograr llegar a la cima, Stg.4:1). Personalmente
conozco a reverendos, doctores en teología y demás, que no son como los que
aparecen en los afiches, ja! así que no se trata de títulos, SINO DEL CORAZÓN,
y cuando es invadido por estas raras teologías, es cuando se culmina de esta
manera, entonces, ¿es malo crecer en número? ¡PARA NADA! Pero ese crecimiento
debería ser el desarrollo normal DE UN CUERPO SANO, y no producto de anabólicos
y esteroides espirituales que deforman el verdadero cuerpo de Cristo (hablo en
sentido figurado, no se me ofendan los fisiculturistas). En la próxima
actualización, comenzamos a estudiar LA MENTIRA DEL MOVIMIENTO APOSTÓLICO Y
PROFÉTICO, nada menos que de boca de sus máximos exponentes, el falso apóstol Guillermo Maldonado y la
¿profeta? Ana Méndez… Con amor, Alberto Vargas.
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