NO ESCONDER LOS PROBLEMAS, HABLARLOS PUEDE CAMBIAR LAS COSAS.

Estar cerca de la gente, escucharlos, saber que sienten y que les pasa te muestra la verdadera condición de muchos cristianos, de personas que fueron como las manos de Dios para servir, cuidar, bendecir a otros con su trabajo en la iglesia.

Pero hoy están destruidas, heridas, cansadas, decepcionadas, ya no van casi a la casa de Dios, ya no pueden creer en la gente; quieren buscar al Señor porque fueron rescatados de una vida dura, arruinada, y Jesús los salvó, pero sus líderes se equivocaron, no los cuidaron, algo salió mal, no sé si fue sin darse cuenta o no, eso solo lo sabe Dios, pero ellos quedaron en el camino asaltados por ladrones. Pero aunque están casi sin fuerzas el amor de Dios los llama, los seduce, quiere que vuelvan a Él y los pone en nuestro camino para que les mostremos que nosotros también estuvimos en el mismo lugar oscuro y doloroso en el que ellos están hoy transitando.
Pero salimos, estuvimos en medio de la soledad, las lágrimas, la desesperanza de creer que ya todo había acabado, pero como nuestro corazón era del Salvador y él puso en nuestro camino buenas personas, verdaderos pastores que saben que se trata de almas no de objetos, fuimos restaurados y nos hizo entender que los que fallaron eran hombres y no Él, aprendimos y ahora podemos decir que lo malo que vivimos es un recurso invaluable para comprender y ayudar a otros que necesitan ayuda.
ELLOS NECESITAN UN BUEN SAMARITANO QUE ESTE DISPUESTO A DETENERSE POR ELLOS, A INVERTIR LO QUE SEA NECESARIO PARA SANARLOS. SON VIDAS, SON MATRIMONIOS, SON FAMILIAS, SON LA RAZÓN POR LA QUE EXISTE TODO LO CREADO, LA HISTORIA, LOS PLANES, LA PALABRA, LAS PROFECÍAS, LAS PROMESAS, LOS MILAGROS, LA ETERNIDAD, UN SALVADOR, ESAS RAZÓN SOMOS TU Y YO Y JESÚS NO ESTA DISPUESTO A PERDER A NINGUNO DE SUS PEQUEÑOS.